jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 6: he encontrado un gatito de la calle, lo voy a adoptar. ¿Cuáles son los primeros pasos?

Bien por ti!!!!. Te estás ganando un lugar en el cielo gatuno, ese al que quiero ir yo algún día.

Lo primero que quiero decir en este capítulo es que no soy veterinario, como casi todos sabréis, y, que el único que puede curar a un gato que está enfermo es él. Simplemente llevo muchos años recogiendo gatos de la calle, salvando a los que se podían salvar, dando en adopción a los más sanos y lustrosos y quedándonos a los feuchos, enfermos, tullidos y lisiados (son los mejores, los que más te lo agradecen, os lo aseguro) por lo que voy a compartir las cosas que he aprendido gracias a docenas de experiencias. Eso sí, los términos científicos de muchas cosas que voy a describir no me los sé, así que si hay algún veterinario en la sala, por favor que me corrija y me ilustre, que el saber no ocupa lugar (sobre todo desde que se inventó el interné este).

Pues bien, tu llegas a tu casa con el gatito que has cogido* de la calle –porque lo iba a atropellar un coche, porque estaba en el motor de tu vehículo, o del de tu vecino, porque lo veías cada noche ir a los contenedores  de tu calle a ver si pillaba algo de comer y un día no aguantaste más la pena….por mil motivos se coge un gato de la calle, simplemente porque a lo mejor no quieres ser la clase de persona que pasa de largo y mira para otro lado-, entras en casa con el bichín probablemente en brazos desfallecido y asustado ¿y ahora qué hacemos?. Aquí es cuando a mí me hubiera gustado estudiar veterinaria, pero, si ninguno de vosotros lo ha hecho, hay que acudir a uno a que le haga una primera revisión, que es fundamental para la salud futura del gato adulto. Además, es muy común que venga enfermo por el propio hecho de estar a la intemperie, en la calle vamos. El veterinario lo examinará a fondo, lo desparasitará interna y externamente y le dará el tratamiento adecuado si tiene alguna enfermedad.

Lo que pasa es que los gaticos no entienden de horarios laborales, y a veces aparecen cuando el veterinario está cerrado. Si el gatito parece estar bien *podemos esperar hasta que abran el veterinario al día siguiente, día en que lo llevaremos a esta revisión. No seáis rácanos que el veterinario no cobra tanto, un par de camisetas menos de zara, o un fin de semana controlando lo que bebes y ya tienes para ese señ@r de verde que cura a nuestros amigos. Si el gato no parece estar bien o no te quedas tranquil@ hay veterinarios que tienen urgencias las 24 horas, aunque te cobran un plus por atenderte fuera de horario (bueno, es normal, cualquier otro profesional lo hace también).

Vale, esperamos al día siguiente. Aquí podemos aplicar todo lo que os conté en el capítulo 2 de la llegada al hogar, pero adaptándolo a un animalico que estará muy asustado y necesita calor, probablemente venga muy frío de la calle. Recomiendo en los primeros instantes darle comida húmeda (lata o bolsa) de gatitos que les gusta más que el pienso seco (aunque es mejor para su salud la comida seca) porque a los gatos al principio te los sueles ganar con la comida. El tema de las arenas será armarse de paciencia porque seguro que no ha visto cajón de arenas en su corta vida y no sabe que tiene que hacerlo ahí. Leed esa parte del capítulo 2 para saber cómo se acostumbra a un gato a las arenas.

Os voy a comentar así un poco por encima y sin mucho rigor científico lo que suele tener un gato de la calle en cuanto a enfermedades y parásitos se refiere (no tengáis asco, que el veterinario os lo desparasita) pero pensad que para todas ellas hay tratamiento y que no son peligrosas para el humano, si no, yo ya no estaría en este mundo –vale, estaría intentando hablar con el San Pedro gatuno para ver si me dejaba entrar--. No quiero ascos aquí, que sois fuertes, habéis salvado una vida y hay que tirar para adelante. A ver, empiezo:

En las orejas suelen tener ácaros, que se tratan con unas gotas. En el tracto digestivo lombrices-cortas y largas- que se tratan con pastilla o una pasta que se les da por la boca. En la nariz, los ojos y los bronquios suelen tener mucosidad debido a la coriza o catarro gatuno –si no se trata a tiempo les mata porque llega un momento que no pueden respirar y les sube mucho la fiebre- que se trata con antibiótico y los ojos con un colirio. En la piel suelen tener pulgas y garrapatas, que se eliminan con una pipeta o con un spray. Este es el pack básico del gatito callejero. Eso sí, todo es curable, en una semana tendréis un gatito nuevo y precioso.

Una vez cumplimentado el paso de la curación, puedes empezar tu vida con tu nuevo amig@ y seguir mis consejos desde el capítulo 2 al 5. Tendrás un gato sano y feliz.

Os voy a comentar aquí que el vínculo que creas cuando salvas un gato y le das una vida contigo no se rompe jamás, y el gato sabe que lo has salvado (sobre todo si ya no era tan cachorrito cuando lo encontraste) y te lo agradecerá siempre.

Me voy a permitir en este punto, después de la parte seria de esta exposición, que cuente algunas anécdotas sobre cómo encontramos a algunos de los gatos que tenemos y hemos tenido –sí, ahora están en el cielo gatuno-, es que hoy me siento nostálgica.


El Indi (o el gato drogadicto)

Al Indi y a sus dos hermanos los encontraron mis hermanas tirados dentro de un contenedor de basura cercano a nuestro piso antiguo cuando tenían sobre un mes y medio de vida. Napoleón, el hermano más pequeño tenía una costilla rota porque alguien les había tirado una bolsa de basura encima. Eran tres hermanos, Indi –que nos lo quedamos nosotros, Napoleón, que se lo llevó una amiga de mi hermana a Lugo y Simba, el tercer hermano, que tuvo una vida muy larga y feliz en casa de mi mejor amiga y su familia, que son muy amantes de los animales. Recuerdo que el día que los llevamos a casa, en ese momento estaba con una de mis hermanas un amigo de ella que era alemán, Jan creo, que al ver que cogimos a los tres gatitos y los llevamos para casa dijo “qué buen corazón tienen los españoles, que salvan crías de gato y las llevan a casa” (en fin, me sorprendió que le sorprendiera porque siempre había pensado que los alemanes estaban más evolucionados que nosotros y mi idea era que en las sociedades avanzadas se cuida mejor a los animales, pero bueno)

Otro tema es por qué le llamamos al Indi el gato drogadicto, pero eso lo contaré en el capítulo de anécdotas varias –ese va a ser muy divertido-

Por cierto, no tengo ninguna foto del Indi para poner, Aran a ver si me pasas una, pero os diré que era un gato mu negro, mu bonito, mu weno y mu grande (unos 11 kg).

La Kitti (o la gata cocinillas)

Esta gata la encontramos en un descampado que había cerca de nuestro antiguo piso, junto a tres o cuatro hermanos más –no lo recuerdo con exactitud porque fue hace 15 años- y no debían tener ni un mes de vida, lo que pasa es que estaban todos muy enfermos y se nos fueron muriendo en casa –fue muy triste-. Sin embargo, había una gatita, negra de pelo semilargo y ojos azules –luego les cambian a amarillos a todos los gatos negros- que parecía que quería vivir, luchó muchísimo y vivió, vaya que si vivió. Fue durante 15 años la reina de la cocina de mi casa y la preferida de mi madre, una gata muy sibarita y delicada a la que no le gustaba juntarse con los otros gatos, pero que adoraba los regazos de las personas. Creo que la gata estaba enamorada de mis cuñados y todo.

La kitti en su cocina


La Mus (o la gata trompetilla, o el gatoperro)

Lo de la Mus fue un estar en el momento y en el lugar adecuado y fue un flechazo a primera vista. Fue mi gata favorita hasta que nos dejó, hace algunos años. La encontré delante del portal de mi amiga cuando estábamos charlando. De debajo de un coche salió una gata maullando tipo trompetilla MMIIIIIIIIAAAAAA! pidiendo socorro. La gata no tenía pelo nada más que en la cabeza y debía tener unos 2 meses. Vino hacia mí y tuve que cogerla. La llevé a casa y de cabeza al veterinario. Tenía unos hongos en la piel que la habrían matado en poco tiempo. Estuvimos mi madre y yo dándole una crema en todo el cuerpo varias veces al día y unas pastillas, durante unos dos meses, fue largo y bastante duro, pero la recompensa fue maravillosa. Resulta que la gata era tricolor, preciosa, de muy buen carácter, y además ella sabía que era mía. Me seguía a todos lados. Dormía a los pies de mi cama, a veces incluso dentro. ;e acompañaba a la puerta cuando me iba y me esperaba en ella cuando volvía. Le tirabas una pelota de lana para jugar y te la devolvía a tus pies para que se la volvieras a tirar, ahh, y contestaba cuando la llamabas –gatoperro total-. Dios cómo la he querido.

La mus con todo su pelo tricolor



Otras anécdotas de gatos que hemos encontrado que redactaré en próximas entradas (es que necesito otro café, voy a hacer un break) pero para que vayáis echando a volar la imaginación con las pistas que os doy:

La Rari (o la gata más rara que habíamos visto hasta ese momento –falta de experiencia porque hay muchas gatas carey-)

El Romeo (Borro para los amigos, o el gato que se apuntó a un curso de Autocad)

El Blanqui (Salem o el gato cojo por una patada de un desalmado hijo de puta)

Pinki (el tontigato o el gato que se cayó en el caldero de la poción mágica)

Groucho (Pichouch para los amigos, o el gato metido en una bolsa)

El Camilo (o el gato Marujita Díaz)

El Otelo (o el gato atropellado)

Ramsés (o el gato trompetilla 2)

El Duque (ala, se nos ha colado un perro en el listado)




parece estar bien* significa que no tiene heridas visibles (inspeccionarlo), que no está deshidratado –cogedle el pliegue nucal y si al soltarlo no recupera la piel su forma original rápidamente es que está deshidratado, que no devuelve y está descompuesto –las dos cosas a la vez es fatal para los gatitos porque se deshidratan y se mueren en pocas horas o días-, que no tenga la nariz taponada con gran cantidad de mocos que le impidan respirar (es por la coriza o catarro de los gatos, la enfermedad más común de los gatos de la calle por lo que yo he visto),



cogido*: cómo coger un gatito de la calle, sobre todo si no quiere ser cogido? Ver siguientes capítulos de este blog, lo contaré, lo prometo, anécdotas incluidas.


7 comentarios:

  1. Hola, ha hace dos años de este post, y alomejor ya ni actualizas el blog, pero no se a quien consultar. Me estoy haciendo amiga de un gatito gallejero, un día le vi con esos ojillos apenados debajo de un coche y empecé a echarle comida. Es muy tímido, pero ya me conoce, y se me acerca mucho, asique espero poder cogerle pronto, pero no me dejan tenerle en casa.. cuando le coja, ¿le llevo primero al veterinario o directamente a la protectora? ¿debo preocuparme por que me contagie algo?

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    1. Busca una chica llamada kitten lady...
      https://youtu.be/4gD4y99kBv0
      Búscala tendrás más información

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  2. Encontre un gato pequeñito de un mes y cuando le doy comida se acerca pero despuws se mete en la finca donde esta y si estoy por ahí sale un poco pero no le doy cojido, es un gato callejero y probablemente si sige ahí muere. Como lo cojo?

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  3. Encontre un gato pequeñito de un mes y cuando le doy comida se acerca pero despuws se mete en la finca donde esta y si estoy por ahí sale un poco pero no le doy cojido, es un gato callejero y probablemente si sige ahí muere. Como lo cojo?

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  4. Hola Nano, mi experiencia cogiendo gatos devla calle es diversa, depende del gato cambio de método. Si no quieres que se asuste mucho, yo probaria el metodo del transportin. Consigue un transportin de gato de alguuen que tenga uno de esos que se usan para llevarlo al veterinario con puerta de reja. Lo dejas cerca de donde sale el gatito con la puerta abierta pero que se pueda cerrar. Le vas poniendo poquita comida de la rica, la de las latas humedas (poca cantidad) dirigiendolo hacia el transportin y dentro de el, muy al fondo colocas mas comida. Te pones a un lado del transportin sin moverte lo mas minimo pero que le llegues con una mano para cerrar la puerta. Esperas. Se irá acercando, pero muy poco a poco. Esto puede tardar bastante tiempo, hay que tener paciencia, cuando el hambre y la curiosidad le hagan asomarse al transportin esperas a que tenga todo el cuerpo, o la mayor parte, dentro y cierras la puerta con un movimiento rapido y empujandole con ella hacia adentro.
    Este metodo es el menos agresivo pero puede llevar bastante tiempo, incluso varios dias hasta que la curiosidad o el hambre le venzan.
    Otra forma mas rapida es usar una jaula trampa que tienen muchas protectoras de animales, no se les hace daño, pero tienes que conseguir la jaula. Por internet las venden pero creo que cuestan mas de 50 euros. Tienen una puerta que cae a plomo cuando el gato entra a comer. La ventaja es que es mas rapido que el otro metodo.

    No se que mas decirte, yo hace bastante que no cojo ningun gato pero lo que si te puedo decir es que hay que tener paciebcia y que es con con comida como se les atrae. No le des mucha comida de primeras porque si se sacia volvera a esconderse. Aunque te de pena juega con su hambre para que se acerque, es por un bien mayor. Mucha suerte, haces algo bueno.

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