lunes, 9 de enero de 2012

Capítulo 2: la llegada al hogar

Cuando adoptamos, encontramos o adquirimos (por favor, adoptad o recoged antes que comprar) un gato, las primeras horas de convivencia son cruciales para desarrollar correctamente la relación que se debe tener con el que va a ser tu mejor amigo.

Lo primero que recomiendo, cuando lo vayáis a buscar, es que llevéis un transportin (elemento crucial del ajuar de un gato, que te permitirá llevarlo por la calle o en el coche sin riesgo de que se escape y que se puede comprar en cualquier veterinario, en cualquier gran superficie o incluso en las tiendas chinas, y, que cuesta entre 20 y 35 euros y dura toda la vida del gato -eso si, no cojáis el más pequeño porque cuando crezca va muy comprimido ahí adentro) para llevar el gato con seguridad en el coche o por la calle hasta vuestro hogar.

Una vez llegado al hogar hay que tener en cuenta una cosa fundamental del carácter de los gatos: los felinos se adaptan a todas las circunstancias, pero son territoriales, y, para que asuman como suyo un territorio necesitan entre 7 y 14 días (esto os lo digo por experiencia con los más de 100 gatos que han pasado por mis manos)

Bien, pues otra cosa fundamental de carácter felino es que son de costumbres y que parecen tener un reloj interno para saber cuando se hace cada cosa. Quiero decir que si haces una cosa a una hora concreta por ejemplo darle de comer algo que le gusta (luego hablaremos de lo que les "gusta"), al dia siguiente a la misma hora estará esperando a que repitas la acción. Por eso hay que tener cuidado y ser disciplinados desde el principio, par que no cojan malas costumbres.

Como ejemplo, os contaré que una gata que tuvimos, la Muesli (o Mus como la llamaba yo), tenia la costumbre de acompañarme a la puerta de casa cuando yo salía a clase y esperaba allí hasta que yo volvía, aunque tardara varias horas. Esta gata fue muy especial, porque la salvamos de una muerte segura, bueno como a mucho otros. Era muy pequeña y estaba tan cubierta de hongos que no sabíamos de que color tenía el pelo. Tardamos varios meses en recuperarla, pero ya veis, hasta eso tiene cura; y resultó que tenía el pelo de tres colores (blanco, negro y naranja) precioso, vamos que era una gata guapísima -para los que no lo sepais, si tiene tres colores en el pelaje genéticamente solo puede ser hembra-. Otra costumbre que tenía esta gata era la de contestar cuando oía su mombre; tu decías Mus! y ella contestaba siempre mmiiiiiiiiiaaaaa! (no tan trompetilla como el maullido de desesperación del que os hablé antes, era más bien un quueeee!).


La Mus

Como última anécdota de costumbre gatuna, aunque tengo cientos, pero como ya dije no quiero aburrir el primer día, os voy a contar lo del Pinki. El Pinki fue un gato que recogimos de la calle ya con siete u ocho meses, amarillo y blanco, grandote -sobre 5-6 kg- que vamos a decirlo así, tenía inteligencia "limitada". Aunque los felinos suelen ser my espabilados, no era el caso de este encantador y muy apreciado por nosotros gato. Pues el Pinki sabia que se salia al patio que teníamos en la casa antigua por la puerta del salón, pero, debió coincidir que la primera vez que volvió para adentro del piso lo hizo por la ventana también del salón (era un primero con patio). Él se quedó con eso y desde ese momento hasta que nos mudamos años después, salía al patio por la puerta pero aunque la puerta continuara abierta maullaba para que le abrieras la ventana y poder volver a casa. Cosas de gatos.

Este es Pinki

Continúo con la llegada a casa. Una vez que sepais donde va adormir el gato enseñadle la cestita par que la vea. La cestita debe ser de un tejido "amoroso", tipo felpa, forro polar....si no, no le hará ni caso y dormirá en el sofá si le dejan. Si quereis que el gato duerma en su cesta, colocadla cerca de un radiador, no falla. Eso sí, lejos de estufas de llama o de chimeneas, que los gatos no controlan demasiado lo de no quemarse. Una vez definido el sitio de dormir, llega el tema de las arenas. Si es una cría y es adoptado de la calle, puede que no controle demasiado el tema arenas. Cuando los gatitos nacen en una casa, la madre les enseña a ir a las arenas, a beber agua, a comer, a jugar....lo hacen por imitación ya que son animales muy observadores. Cuando no tuvieron esa suerte, les tenemos que enseñar nosotros, eso si, en cuanto lo aprenden nunca más lo harán fuera de las arenas.

La pregunta es ¿cómo les enseñamos?. Hay que tener dos cosas fundamentales, paciencia en la observación y rapidez en la acutación. Paciencia hasta que les pilleis haciendo un pis (probablemente debajo de algún mueble o en alguna esquina de la casa) o unas cacas. Rapidez porque en ese mismo instante hay que coger al gato y llevarlo (aunque escurra) a las arenas -eso si, sin hacerle daño al gatito-; así entiende que se hace allí, y luego al olerle a pis volverá al mismo sitio. Eso si, no vale de nada enfadarse con ellos mientras aprenden. No son perros. Hay que tener paciencia, luego se verá recompensada.

En el tema qué le damos de comer los primeros días, es mejor seguir siempre los consejos de los veterinarios. Yo soy partidaria del pienso seco, al que, si se acostumbran terminarán adorando. Ya se que las latas de comida húmeda las comen mejor, pero son menos sanas y te atan más (un gato puede quedar, con suficiente agua y pienso, solo durante tres días sin problema, sin embargo, la lata tienes que dársela diariamente). No debemos olvidar poner agua fresca al lado de la comida, como cualquier ser vivo, nos morimos antes de sed que de hambre, y, debeis saber que los gatos se deshidratan enseguida. Un truco para saber si un gato está deshidratado es cogerles un pellizco de piel en el cuello y dejar que la piel recupere su posición inicial; si esto sucede rápidamente y no le quedan "arrugas" es que está hidratado. Si no recupera bien, hay que llevarlo ipso facto al veterinario a que le pongan suero para hidratarlo.

Como último consejo de este capítulo, tras la llegada al hogar, os doy el siguiente: no flaqueéis los primeros días si el gatito maulla y no lo lleveis a vuetra cama, porque si lo haceis, tendreis que hacerlo durante los 15 años siguientes que es lo que puede vivir el animal si está bien cuidado. Si os habéis asegurado de que tiene su cestita y está en sitio calentito, con agua, comida y arenas cerca, porque maulle un rato no le va a pasar nada. Recordad que los primeros instantes son los que marcan las pautas de una relación humano-animal sana y normal. Se les quiere mucho, muchísimo, pero un gato bien educado evitará problemas futuros de convivencia.

Un último apunte sobre la llegada a casa en el caso de viviendas con finca. El gato dije que tarda de una a dos semanas en adaptarse, pero en considerar una zona amplia (como un jardín  o una finca) su territorio tarda más. Yo lo tendría el primer mes sin salir a la calle y paulatinamente le iría enseñando la finca estando siempre con él, y, algo muy importante, le haría dormir en casa todas las noches -si hace falta lo iría a buscar y lo pasaría para adentro-, así sabría que es su casa. De lo contrario en dos o tres meses corres serios reisgos de no volver a verlo (fugado, atropellado, un perro de otra finca...). Otro detalle es que a partir de los 8 meses habrá que castrar tanto a gatos como a gatas para evitar este tipod e accidentes (y evitar juntarse con una camada de 5 o 6 gatitos), pero de este tema ya hablaremos.

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