lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 9: los peligros del hogar

En lo cotidiano, en el hogar, el ámbito doméstico, está le verdadero peligro para los gatos, porque generalmente no salen a dar una vuelta por la calle como los perros –digo generalmente porque he visto de todo en esta viña del Señor…- y pasan las 24 horas del día dentro de nuestro hogar. Todos los peligros que voy a relatar a continuación están avalados por nuestra triste y a veces desafortunada experiencia, por ello, si acabáis de adoptar un gatito, tomad nota de ellos porque más vale prevenir que curar. Ahí van los que se me vienen a la mente:


La cuerdecilla o cable para abrir y cerrar el estore o las cortinas

Ojo con este artilugio utilizado por los humanos para abrir o cerrar cortinas y estores. Generalmente es una cuerdecita con una borla o tope colgando, que para los gatos es súper atractivo (muchos juguetes de gato consisten en eso, en suspender de un hilo “algo” que les llame la atención, y vaya que sí se la llama). No es la primera vez que me encuentro a uno de nuestros gatos con la cuerda de marras liada al cuello. Lo que yo recomiendo es hacer un atillo con la cuerda y dejarla sobre la cortina o estore, para que no cuelgue y no les llame la atención. Vale, es un rollo deshacer el atillo cada vez que los abres o cierras, pero esos 2 segundos que tardes en hacer la operación le pueden salvar la vida a tu mejor amigo, o por lo menos evitarte un susto gordo.


Si te vas a ir de casa por un par de días y dejas a tu mascota allí, no olvides neutralizar los cables de los estores, o te puedes encontrar cuando vuelvas al gato ahogado con él.


Las asas de las bolsas de plástico y de papel

¿A que parecen muy monos cuando se meten en las bolsas que traemos de la calle?. A mi me encanta que lo hagan, pero esto tiene un serio peligro: las asas son como sogas para ellos. Vale, son más grandes que el ancho de su cuello, por lo que directamente es difícil que se ahorquen con ellas, pero el gato en su curiosidad se mete por el asa y se le queda atascada a medio cuerpo, a la altura de la barriga –de ahí no suele pasar-. Entonces pueden ocurrir dos cosas: que el gato se agobie y salga corriendo con la bolsa a cuestas, que al hacer ruido por el aire le asusta cada vez más, entonces el peligro es que el gato choque con cualquier mueble de la casa porque está tan asustado que no coordina bien sus movimientos, o, que se intente zafar de la atadura y cada vez se la atasque más en la zona barriguera –que si el gato está “bien comido” es más ancha que el pecho-, y le vaya ahogando poco a poco, al no dejarle hinchar la barriga para respirar. Ya veis, una simple bolsa los problemas que puede dar.

Yo recomiendo que cuando le dejéis al gatico jugar con una bolsa antes rompáis las asas, por precaución de males mayores.


Los cables eléctricos, esos conductores del demonio

A todos los gatos les llama la atención el cable de los aparatos eléctricos, mucho, mucho. Lo mordisquearán siempre que puedan, como nuestra Kitti, que mordió tanto el cable de la lámpara del salón que llegó al conductor y dio un chispazo tal que se le quemaron los bigotes. Nos reímos un rato, pero podía haber sido una desgracia. No le dejéis jugar con el cable de ningún aparato eléctrico. Nunca. Jamás. Endexamais. Lo cogen como costumbre y un día están solos en casa y se electrocutan.

Cuando os vayáis un par de días de casa y el gato quede solo, dejad todo desenchufado, por favor. Ahorráis energía, pasta, cuidáis el medioambiente y lo que es más importante, cuando vuelves tu mejor amigo no estará electrocutado. Volver a enchufar los aparatos eléctricos son 5 minutos, nada más.


El collar de gato

¿Y entonces el collar de gato, diseñado para el gato, es un peligro? Poz zi, amigos. A los gatos no les gusta el collar, vamos, no conozco a ninguno que le guste, y conozco unos cuantos, os lo aseguro. ¿Pero si a mi gato le encanta su collar, que dices?. Pos que no le gusta, que lo tolera por costumbre seguramente, y porque seguramente sea un gato ya adulto que lo lleva desde siempre. Si adoptas un cachorro y le pones un collar –primero, que a ver donde encuentras un collar de gato talla cachorro, que aunque los hay, no he visto muchos-, puede ocurrir que tú te olvides de que se lo has puesto, pero él no se olvida, y, en cuanto te descuides se lo va a intentar quitar ¿y cómo? Pues con lo único que puede, con la boca. Si el collar le queda un poco holgado, que seguro que es así porque a nadie se le ocurriría apretarlo demasiado –es nuestro mejor amigo y no queremos ahogarle no?-, meterá su mandíbula inferior entre su cuello y el collar. Y luego no la puede sacar. Se queda en esa posición hasta que os deis cuenta de lo que le pasa, y puede ser tarde porque en esa posición no aguantan mucho, que se lo digan al Groucho que casi se muere por culpa de maldito collar.

Otro peligro del collar es que el gato no se da cuenta de que lo lleva y se queda enganchado en los sitios por culpa de este artilugio del demonio. Sobre todo los gatos que viven en casa unifamiliares y salen a la finca.

Lo dicho, collares fuera, si queréis que el gato lleve algo que le identifique por si se pierde o se escapa, lo cual me parece bien, ponedle un microchip en el veterinario. No le pongáis ataduras a un animal que es libre por naturaleza, recordad que el perro es seguidor vuestro, pero que el gato no lo es, tiene su independencia (vuelvo a repetir: tú le perteneces a él, no al revés).

Eso sí, hay un caso en el que es aconsejable usar arnés (no collar) con el gato: cuando quieres que se adapte a tu nuevo hogar y éste tiene finca, recomiendo que durante un mes mínimo se le saque un par de horas al día con un arnés y correa a reconocer la finca, siempre con vosotros, para que el gato la asocie a su territorio y aunque salga al exterior siempre vuelva a casa. Pero después del paseo se le quita el arnés para estar en casa, que se puede quedar enganchado.


Cualquier objeto que sea más pequeño que un tapón de plástico

Primero juegan con ellos y luego se los pueden tragar. Esto es como en el caso de los bebés: nada de objetos que puedan caber en la boca, los gatos, al igual que los bebés, todo lo llevan a la boca.


Las plantas con alcaloides, una droga

Los gatos y las plantas no son muy compatibles. Por muchos motivos. Entre ellos, que al gato lo que más le va a gustar es rascar el tronco de la planta, morder y comerse a veces las hojas, escarbar en la tierra e incluso hacer sus necesidades en ella (les puede su instinto). Creo que asocian una planta a la vida en libertad, por eso se comportan así. Y cuantas más veces le riñas, más esperará a que te des la vuelta para ir a mortificar a la planta otra vez. Para esto no hay solución, o la planta o el minino, y, francamente, como este blog va de mininos, espero que decidáis a favor de las 4 patas, porfi.

Pero bueno, no solo es que el gato se cargue la planta, es que a veces las plantas son veneno para los gatos. Es el caso de ciertas plantas que contienen alcaloides, o de otras plantas que contienen más venenos cuyos nombres no se me –que me perdonen los de biología, química y ciencias naturales-. Algunas de ellas las he encontrado por Internet y son las siguientes: Poinsettia, Naranjito chino, Diefenbaquia, Guisante de olor, Clemátide, Azalea, Adelfa, Delphinium, Rododendro, Altramuz, Rosa de Navidad….eso sí, si queréis estar seguros de que vuestras plantas no son venenosas para vuestro mejor amigo, consultad con el veterinario, que es el que realmente sabe.

Nosotros en casa tuvimos un gato, el Indi, que luego vivió muy feliz muchos años en casa de mi hermana, que casi se muere por culpa de una palmera. No sabíamos que le pasaba y esto fue durante mucho tiempo, al gato le daban como unos ataques epilépticos horribles, que se llegaba a morder la lengua y todo, y hacía las cacas verdes. Era todo muy raro. Hasta que entre el veterinario y mi hermana descubrieron que eran de morder el tronco de la palmera, vamos que se chutaba con la savia de la planta, era un gato drogadicto. Cada cierto tiempo iba a por su dosis, pero poco a poco le estaba envenenando. Es por eso que al Indi le llamamos el gato drogadicto (esto es del capítulo de anécdotas, si lo recordáis).


Cosas que se pueden beber o comer por accidente si no estamos atentos

Aunque los gatos no son como los perros, que comen cualquier cosa, puede ser que a un gato determinado le atraiga el olor o el sabor de algo y que se coma o se beba una substancia para él venenosa. Esto lo he visto pocas veces, pero al igual que en los seres humanos, existen gatos con más sentido común que otros…(y al igual que las personas, esta pérdida del sentido común es más habitual cuanto menor es la edad del sujeto). Recuerdo que a la Miu de mi hermana le gusta lamer objetos metálicos, por qué? Pos aún es hoy el día que ni idea.

Algunas substancias Y/O objetos a tener en cuenta en este tema son los siguientes:

Jabones de lavavajillas, detergentes en polvo…---siempre cerrados los envases

El retrete, que si lo dejas abierto parece un enorme bebedero ---cerrad la tapa del retrete, no es el primer gato que va a beber de él y se cae dentro

El cubo de la fregona, que si lo dejas con agua parece un enorme bebedero ----dejadlo sin el agua con detergente, por si las flys.



Las ventanas entreabiertas

Son un verdadero peligro para los gatos, porque les atraen mucho, mucho, mucho (mucho).

No se si científicamente es así, pero yo creo que los gatos no tienen vértigo. Si ven una ventana entreabierta se asomarán fijo. Y recordad que el gato cabe por donde caben sus bigotes. Una rendija que parezca pequeña a nuestros ojos puede ser mortal. Mucho ojo pues con las ventanas. En próximos capítulos os daré algún consejillo para ventilar una casa con gato dentro de forma segura. No voy a incidir más en el peligro que suponen las ventanas entreabiertas porque creo que os hacéis una idea, además, han ocurrido en mi familia trágicos accidentes relacionados con las ventanas y no quiero traer malos recuerdos a nadie, que el espíritu del blog que escribo quiero que sea positivo, muy positivo (besos, nenas, hay que recordar lo bueno siempre J)


Bueno, como veis, hay muchos peligros en casa y hay que estar ojo avizor, porque el gato tiene las 24 horas del día los 365 días del año para pensar qué “falcatruada” hacer y ellos no visualizan el peligro, sólo ven la diversión, les mueve la curiosidad.


Para relajar de tanto peligro os pongo algunas fotos de nuestros gatos y gaticos, espero que os gusten


 Miu

 Barbi

 Tres colores III

 Grisi y Grisi III

 Grisi

Camada de Lancelot

Capítulo 8: tonterías varias, anécdotas y fotos (para relajarse de tanto consejo) II

capítulo en construcción, próximamente (es que los capítulos de anécdotas sólo los escribo cuando tengo un día happy, a ver si pronto)