martes, 10 de enero de 2012

Capítulo 5: el gato ha desaparecido ¿dónde buscar?

Si eres nuev@ en esto de tener un gato, a lo mejor un día estás en casa y hace un rato que no ves a tu mascota o no la oyes por la casa, entonces empiezas a buscarla y a llamarla*  por todas las estancias y nada, que no está. Pánico. Dios mío, se ha escapado a la calle, se ha caído por una ventana, se……Dios mío!

A ver, lo primero es que no cunda el pánico. Puede ser que haya pasado algo de eso, porque ocurren algunos incidentes domésticos (por ejemplo, dejarnos la puerta abierta de una habitación que está ventilando con las ventanas abiertas -de cómo ventilar la casa con gatos dentro hablaré en siguientes entradas-, otro ejemplo, que abramos la puerta de la casa cargados de bolsas que nos impiden ver nuestros pies por lo que el gato se puede escapar sin ser visto, o que llegue una visita que no esté acostumbrada a vivir con gato) pero lo más habitual es que el gato esté todavía en casa, sólo que tú no sabes dónde.

¿Qué hacemos primero? Abrir todas las puertas de las estancias de la casa y llamarlo* como lo sueles hacer –ver llamada* más abajo- esperando un tiempo prudencial y repitiendo la operación varias veces por si está dormido y al principio no nos oye. Vale, no aparece todavía.

Siguiente paso, habitación por habitación, mirar dentro de los armarios de la ropa, de las toallas, de los zapatos….a los gatos les encantan los sitios pequeños, oscuros y calentitos para botar unha soneca. Además, saben abrir armarios, os lo juro, o sea que aunque estéis seguros de que estaban cerrados, mirad por si acaso. Debajo de las camas, de los antedichos armarios, detrás de la estantería del salón, dentro de lavadora y secadora si sueles dejar las puertas entreabiertas (estas puertas complejas no las saben abrir, aunque algún día se dará el caso, seguro). Aunque el hueco os parezca minúsculo, los gatos son muy flexibles y caben en sitios insospechados. En las camas debajo de las mantas y almohadas, aunque creo que se vería el bulto. Sigue sin aparecer. No perder la calma todavía.

¿Sabes ese huequecito que hay entre la nevera y la encimera o detrás de la lavadora? Pues mira ahí también, ten siempre una mini linterna a mano, de esas de los todo a cien, es un consejo. Cualquier hueco en el que de ancho al gato le quepan los bigotes vale para meterse. Prueba de que los gatos se meten en todas partes son las siguientes fotos:

 La Mus y su hija se meten en la bolsa de los regalos de Navidad

 Negri duerme en un sombrero


Han aparecido gatos en los sitios de la casa más insospechados, pero insisto, para encontrarlos pensad como ellos. Son felinos, por lo que las alturas desde donde dominan todo son de sus sitios favoritos (encima de cualquier mueble que se escape de nuestra vista –saben trepar, no lo olvidéis-. Les encanta el calorcito, por lo que cerca de cualquier cosa que desprenda calor pueden estar. Les gusta la oscuridad –será porque les da ventaja supongo-, por lo que en cualquier hueco poco iluminado también pueden aparecer echándose la mayor siesta que os podáis imaginar.

Si después de toda esta búsqueda el gato no aparece, es cuando hay que plantearse el plan b. Ha salido de alguna manera de casa –recordad los incidentes domésticos de antes-, por lo que hay que empezar a buscar. Abrid cada ventana (y cerradla inmediatamente por si el plan a no hubiera fracasado del todo y aún esté en casa, entonces en algún momento aparecerá, seguro) y mirar abajo por si se ha caído. Si no es así, que espero que no, salid al rellano de la escalera y buscad primero en las zonas comunes del edificio pero hacia los pisos superiores ya que pienso que para los gatos es más fácil subir escaleras que bajarlas. Descartados todos los pisos superiores bajad hacia los inferiores y hasta el portal, a ver si anda por ahí.

Si aún así no aparece, hay que buscarlo por la calle; donde se suelen esconder es debajo de los coches aparcados. Estará tan asustado que no creo que se mueva de delante de vuestra calle, así que mirad bien debajo de todos los coches. Ahh, por cierto, bajad con el transportín a la calle porque si lo encontráis es mejor que meterlo en él para llevarlo a casa, porque puede que se asuste con el tráfico y se escape de vuestro regazo.

Bueno, después de toda la búsqueda, que seguro que da sus frutos, id a descansar a casa.

Por cierto, es recomendable que le pongáis microchip a vuestro gato (consultad con vuestro veterinario de confianza) porque si realmente se escapa y no lo encontráis, puede que alguien lo encuentre y lo lleve a un veterinario para ver si tiene microchip. Es muy útil en estos casos.

Bueno, después de la búsqueda estoy agotada….me voy a tomar un café.





*: cómo se llama a un gato para que venga? Los gatos por lo general (hay excepciones, como la Miu de mi hermana o la Mus, de la que ya os he hablado) no saben cómo se llaman. No son como los perros que rápidamente asocian su nombre a que los estás llamando y vienen a ti. Para que un gato acuda a ti deberías tener una consigna única entre él y tú que suele estar relacionada con la comida. Por ejemplo: todos los gatos de mi casa se llaman TOMA VEN seguido de un chasquido de dedos habitualmente. Mis gatos saben que con esas palabras se les va a dar algo rico generalmente comida húmeda ya que el pienso para ellos es más aburrido. Hemos repetido estas palabras desde siempre cuando íbamos a darle algo de comer incluso cuando rellenábamos los comederos de pienso. Por ello, cuando queremos que aparezcan gritamos TOMA VEN y realmente aparecen  (no sabéis cuantos). Aún así, la forma de llamarlos no tiene por qué ser una palabra, puede ser un sonido, por ejemplo el sonido de agitar la bolsa de pienso (les encanta). Si antes de rellenarle el comedero haces este sonido el gato lo asociará a comida y aparecerá cada vez que lo hagas.
El único caso en que no funciona este sistema de llamarlos es cuando están profundamente dormidos, porque supongo, que al igual que las personas, que cuando estás en la fase más profunda del sueño es difícil oír nada.

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